Lluís Bassets, director adjunto del diario EL PAÍS, nos ha servido para desayunar un artículo que no tiene desperdicio (Guerras necesarias). Tras leerlo, se me han revuelto en el estómago las galletas, el café con leche y las veintitantas pastillas prescritas por el médico para empezar el día. Relacionada:La manipulación de la guerra en Mali y el uranio
Comentarios
Hay que dejar tranquilos a los yihadistas que son gente pacífica y entrañable.
#1 Yo dejaría un par sueltos por Génova, ya verías la escabechina de manos que liaban.
Yo no entiendo la manía que tienen algunos de ver todo o blanco o negro.
¿Que Francia interviene para defender sus intereses? Claro que sí. Pero eso no quita que Mali haya pedido ayuda y que, entre la intervención francesa o convertir Mali en un país controlado por yihadistas me quede con lo primero.
¿Qué hay que hacer? ¿Quedarse mirando mientras un ejército yihadista toma Mali y lo lleva a la edad media más salvaje?
Mali es un país musulmán, y los yihadistas quieren convertir un país musulmán en un nuevo Afganisthan, aprovechándose de la debilidad del estado de Mali y de la incapacidad de defenderse de la población.
A más de uno de los que critica tan salvajemente la intervención francesa en Mali le recomendaría irse a vivir una temporada a una zona controlada por yihadistas bajo la sharia.
No defiendo a Francia como si fueran hermanitas de la caridad, no soy tonto, pero entre Guatemala y Guatepeor me quedo con Guatemala.
#3 es que no son capaces de apreciar ningún matiz. Ahí está el problema. Su dogmatismo los ciega