Tras solicitar los servicios de una prostituta después de un duro día de trabajo en el Mobile World Congress de Barcelona, un ejecutivo del sector de las nuevas tecnologías ha insistido en pagar a la meretriz con un puñado de bitcoins. La prostituta, Marisa Gómez, propietaria de la empresa unipersonal “Prostituciones Gómez”, se niega a cobrar al ejecutivo con la divisa electrónica. “Yo digo sí a la innovación, pero hasta cierto punto”, ha añadido.
Comentarios
Sé que es una coña, pero a veces tengo esa sensacion con los gurús del bitcoin. Viven, o pretenden vivir, un poco apartados de la realidad.