Hace 15 años | Por dadelmo a genciencia.com
Publicado hace 15 años por dadelmo a genciencia.com

Las víctimas de Prader-Willi nacen flácidas, con la piel pálida, no les apetece mamar. Pero de repente, dejan atrás sus miramientos, y empiezan a comer de forma compulsiva, sin quedarse nunca saciados. De este modo, se vuelven terriblemente obesos y adictos a la comida. Su reverso, el síndrome de Angelman, los niños que nacían con esta enfermedad genética no eran flácidos, como los que sufrían Prader-Willi, sino rígidos como palos. Al igual que espantapájaros. Son flacos, hiperactivos, insomnes, de cabeza pequeña y quijada larga...