Yo, como los perros, utilizo el olfato para mi primer contacto íntimo con los libros. Procuro que sea en privado. Los abro hacia la mitad, como una breva en sazón, las yemas de los dedos bajo las cubiertas. Penetro entonces con la nariz hasta el fondo del ángulo y aspiro despacio mientras el papel acaricia mis mejillas. Luego, ya en la agradable rutina de la convivencia diaria, disfruto plácidamente de su aroma de crucero, el que me conceden mientras los leo, discreto y sutil, a veces imperceptible.
Comentarios
pues cuidao con la antigüedad del libro, algunos conservan virus y microbacterias nocivas...
#2 dímelo a mí, bibliotecario que cataloga fondo antiguo.
Yo me mareo con el olor de las revistas recién impresas.
#2 Y otros tienen veneno que tiñen la lengua
Ni que llevasen coca.