Gracias a la crisis no estamos condenados a muerte. Si llegamos a seguir con el ritmo de consumo que teníamos antes de la debacle nuestro fin hubiese sido la autodestrucción. Ahora tenemos una oportunidad.
Las crisis son como las tormentas que destrozan un bosque, al principio lo arrasan todo pero en poco tiempo crecen las plantas, las ramas y los árboles renovados y con mucha más fuerza. Sin embargo, no podemos ni olvidar ni dejar sin cobertura a las personas que no pueden superar la crisis.
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Las crisis son como las tormentas que destrozan un bosque, al principio lo arrasan todo pero en poco tiempo crecen las plantas, las ramas y los árboles renovados y con mucha más fuerza. Sin embargo, no podemos ni olvidar ni dejar sin cobertura a las personas que no pueden superar la crisis.