Hace 14 años | Por --10669-- a elmundo.es
Publicado hace 14 años por --10669-- a elmundo.es

En un máximo de 10 años, la energía solar que consumen nuestras casas no procederá de grandes placas localizadas en azoteas y tejados o en vastos huertos solares que afean el paisaje, sino en las mismas ventanas de las casas por donde entra la luz. Al menos eso creen científicos de la Universidad sevillana Pablo de Olavide (UPO), inmersos desde 2007 en la investigación sobre la eficiencia de una célula de tercera generación en busca de materiales más baratos que ayuden a generar energía solar fotovoltaica competitiva.

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Se trata de una exploración de la célula de Grätzel, un tipo de célula solar que reproduce de forma artificial el fenómeno de la fotosíntesis. Es pues, un dispositivo que, mediante la combinación de un colorante y un óxido metálico, consigue transformar la luz de sol en electricidad. La célula solar de Grätzel permite la posibilidad de confeccionar dispositivos semitransparentes o traslúcidos. Esto implicaría la construcción de "ventanas fotovoltaicas" que, según indica el profesor Anta, dejarían pasar la luz convirtiendo parte de ella en electricidad.