El juzgado de Primera Instancia número 2 de Vigo examinó ayer el caso de un matrimonio que pide la anulación de los contratos de preferentes y subordinadas porque el director les colocó más de 100.000 euros en estos productos pese a que al marido sufre de alzhéimer y su falta de memoria era evidente.
Comentarios
Cuanto hijo de puta suelto...
¿pero no eran todos los preferentistas avariciosos inversionistas que querían lucrarse con la especulación?
Estoy con #1, cuanto hijo puta suelto