España ha comenzado a reducir los caudales de los ríos que comparte por Portugal. En el Duero ya ha invocado la cláusula de sequía prevista en el Convenio de Albufeira, el pacto que regula los caudales en la frontera. Esto ha generado críticas de ecologistas portugueses, que consideran que existen reservas suficientes para cumplir el acuerdo.