Para poder entender el alcance del título de este post nos debemos situar a finales del siglo XVIII en el llamado, por aquel entonces, Reino de la Nueva Granda. En una localidad situada al sur vivía Francisco José de Caldas. Este personaje se caracterizaba por ser un apasionado lector, inclinado por los temas científicos los cuales devoraba con extrema facilidad.
Comentarios
Y lo malo es que seguimos con esa actitud, aunque de forma más "civilizada"
Lo que necesitamos son sabios a montones.
#2 me conformaría con que todos fueramos un poco más sabios.
No necesitamos mártires, sino evangelizadores que extiendan el pensamiento crítico y científico. Y vista la situación, cuanto antes...