El Estado de las autonomías, que lleva décadas en el candelero a cuenta de las inagotables exigencias de las regiones consideradas históricas, muchas de ellas en el filo de la independencia política, no parece demasiado amenazado, puesto que, quien más quien menos, todos los partidos están encantados de disponer de 17 centros de poder y decenas de miles de cargos que repartirse. O así era al menos hasta esta misma semana, momento en el que el modelo se ha visto perturbado por el embate de la publicación de las balanzas fiscales.
Comentarios
"...todos los partidos están encantados de disponer de 17 centros de poder y decenas de miles de cargos que repartirse..."
Puede sonar un poco pesimista, pero mucho me temo que el modelo autonómico consiste precisamente en eso. En Francia no hay tanto reino de taifas, y no veo que estén peor gobernados que nosotros.
Un modelo que depende de que no se sepan cosas no es un buen modelo.