Artículo que analiza cómo el prejuicio hacia las personas con enfermedad mental supone una barrera para su rehabilitación psicológica, añadiendo al problema de la discriminación social un problema terapéutico. La estigmatización de las personas con enfermedad mental es un problema persistente. Hace algo más de once años, la revista Psychiatric Services dedicaba un especial al tema bajo el título “El estigma como una barrera a la recuperación”.
Este es un problema muy serio y como ejemplo usare la actual coyuntura estadounidense.
El tiroteo en la escuela Sandy Hook en Newtown, Connecticut ha llevado a mucha gente a buscar explicaciones, culpables y posibles formas de evitar que se repita. Esto ha revivido el debate en torno a las armas, vídeo juegos y la salud metal.
Tanto la derecha como la izquierda estadounidense están de acuerdo en que hay que hacer algo respecto al tratamiento y a la identificación de los enfermos mentales.
Los medios de comunicación están hablando sobre la pobre intervención que se tuvo sobre la enfermedad de los perpetradores de los diferentes tiroteos y también sobre la posibilidad de encerrarlos de forma preventiva o someterlos a tratamientos forzados. Todo esto lo hacen sin mencionar enfermedades especificas o matices sobre las enfermedades prefiriendo usar el termino genérico de enfermedad mental. Esto inevitablemente terminara causando una mayor presión sobre los enfermos y también una mayor estigmatizaron por parte de la sociedad hacia las personas con enfermedades mentales.
Otras propuestas para lidiar con los enfermos mentales peligrosos también son problemáticas como la creación de listas de enfermos mentales peligrosos las cuales les impedirían tener armas, pero que no seria extraño que se usaran con otros fines como acceso a cargos públicos u otros cargos de responsabilidad como la docencia.
Todas estas cosas empeoran la situación de los enfermos y la relación de la sociedad con ellos siento los enfermos objeto de miedo, falsas expectativas y discriminación. Los enfermos por su parte tienen miedo de ser diagnosticados como tales y de recurrir a la ayuda y comprensión de los demás, incluso de sus personas cercanas.
Este no es un fenómeno exclusivamente estadounidense por ejemplo a muchos depredadores sexuales se los suele llamar enfermos mentales (como si estar enfermo debiera ser motivo de vergüenza, o la enfermedad de alguien mas debiera ser motivo de indignación contra esa persona) sin siquiera hacer mención de la enfermedad.
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Este es un problema muy serio y como ejemplo usare la actual coyuntura estadounidense.
El tiroteo en la escuela Sandy Hook en Newtown, Connecticut ha llevado a mucha gente a buscar explicaciones, culpables y posibles formas de evitar que se repita. Esto ha revivido el debate en torno a las armas, vídeo juegos y la salud metal.
Tanto la derecha como la izquierda estadounidense están de acuerdo en que hay que hacer algo respecto al tratamiento y a la identificación de los enfermos mentales.
Los medios de comunicación están hablando sobre la pobre intervención que se tuvo sobre la enfermedad de los perpetradores de los diferentes tiroteos y también sobre la posibilidad de encerrarlos de forma preventiva o someterlos a tratamientos forzados. Todo esto lo hacen sin mencionar enfermedades especificas o matices sobre las enfermedades prefiriendo usar el termino genérico de enfermedad mental. Esto inevitablemente terminara causando una mayor presión sobre los enfermos y también una mayor estigmatizaron por parte de la sociedad hacia las personas con enfermedades mentales.
Otras propuestas para lidiar con los enfermos mentales peligrosos también son problemáticas como la creación de listas de enfermos mentales peligrosos las cuales les impedirían tener armas, pero que no seria extraño que se usaran con otros fines como acceso a cargos públicos u otros cargos de responsabilidad como la docencia.
Todas estas cosas empeoran la situación de los enfermos y la relación de la sociedad con ellos siento los enfermos objeto de miedo, falsas expectativas y discriminación. Los enfermos por su parte tienen miedo de ser diagnosticados como tales y de recurrir a la ayuda y comprensión de los demás, incluso de sus personas cercanas.
Este no es un fenómeno exclusivamente estadounidense por ejemplo a muchos depredadores sexuales se los suele llamar enfermos mentales (como si estar enfermo debiera ser motivo de vergüenza, o la enfermedad de alguien mas debiera ser motivo de indignación contra esa persona) sin siquiera hacer mención de la enfermedad.