Hace 10 años | Por lithium777 a huffingtonpost.es
Publicado hace 10 años por lithium777 a huffingtonpost.es

¿Cuántas veces se habrá escuchado la vieja excusa de "yo sólo estaba siguiendo órdenes" de los labios de asesinos y torturadores? Es la obediencia ciega y la adecuación maquinal a una autoridad o un sistema infame lo que la filósofa Hannah Arendt denominó la banalidad del mal. En vez de rompernos la cabeza por las supuestas normas morales (o sociales, o estéticas) que...