[c&p] Los investigadores que decidieron dónde colocar el programado Observatorio de Neutrino del Mediterráneo, o NEMO, midieron las corrientes de agua y las temperaturas, entonces detectaron patrones inesperados en el agua. Se encontraron con cadenas de vórtices marinos (estructuras de agua de casi 10 kilómetros de diámetro que giran a alrededor de 2,5 cm. por segundo), casi a 3,2 kilómetros de profundidad en el mar Jónico, un brazo del mar Mediterráneo. Los oceanógrafos no esperaban que dichos vórtices se formaran en una cuenca tan cerrada
Comentarios
Querían detectar neutrinos (hasta hoy no han detectado ni uno) y en su lugar detectar remolinos.