Bien está lamentarse pero hoy toca condenar. Lamentar las muertes de 600.000 personas desplazadas de sus casas en Filipinas después del paso del tifón Yolanda. Lamentar y condenar también la hipocresía de la comunidad internacional,...
#0 No dice "lamentar las muertes de 600.000 personas desplazadas". Dice lamentar las muertes y las más de 600.000 personas desplazadas". Corrige la entradilla.
La única justicia climática que existe es esta: quien vive en zona de tifones, sufrirá tifones; quien vive en zona de terremotos, sufrirá terremotos; quien vive en zonas de volcanes activos, sufrirá erupciones; quien vive en zonas costeras, sufrirá tsunamis; quien construye cerca de ríos, sufrirá inundaciones. No es una cuestión de si ocurrirá o no, sino de cuándo. Huracanes más fuertes que Haiyan se han visto varias veces en el último siglo, huracanes que dejaron cientos de miles de muertos, no 2500, y que no dejaron un arbol en pie. Han ocurrido antes y volverán a ocurrir y lo que quiera que hagamos con el CO2 no logrará ni evitarlo ni fomentarlo. La naturaleza es así de hijoputa, aunque algunos se refieran a ella como Madre Gaia y la tengan por un ente protector que cuida de nosotros. Llevamos toda la evolución básicamente protegiéndonos de ella.
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#0 No dice "lamentar las muertes de 600.000 personas desplazadas". Dice lamentar las muertes y las más de 600.000 personas desplazadas". Corrige la entradilla.
La única justicia climática que existe es esta: quien vive en zona de tifones, sufrirá tifones; quien vive en zona de terremotos, sufrirá terremotos; quien vive en zonas de volcanes activos, sufrirá erupciones; quien vive en zonas costeras, sufrirá tsunamis; quien construye cerca de ríos, sufrirá inundaciones. No es una cuestión de si ocurrirá o no, sino de cuándo. Huracanes más fuertes que Haiyan se han visto varias veces en el último siglo, huracanes que dejaron cientos de miles de muertos, no 2500, y que no dejaron un arbol en pie. Han ocurrido antes y volverán a ocurrir y lo que quiera que hagamos con el CO2 no logrará ni evitarlo ni fomentarlo. La naturaleza es así de hijoputa, aunque algunos se refieran a ella como Madre Gaia y la tengan por un ente protector que cuida de nosotros. Llevamos toda la evolución básicamente protegiéndonos de ella.