Hace 11 años | Por fersal a vozpopuli.com
Publicado hace 11 años por fersal a vozpopuli.com

Ante la desgracia de un pobre Rey, cuyo yate había quedado viejo y obsoleto, unos valientes empresarios mallorquines habrían dado un firme paso al frente, rascándose el bolsillo con tesón para proporcionar al Monarca la embarcación que, por posición, bien merecía. Y lo hacían de manera desprendida, nunca buscando ventaja para sí, sino el bien de sus semejantes. No eran ellos quienes obtenían directamente los beneficios de tan altruista acto sino toda la sociedad de Mallorca pues la acrecentada presencia de la familia real fomentaría el turismo,

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"Una corte de los milagros para ganancia de aprovechados
Definitivamente, todo apuntaba a una ventaja que no era pública sino privada. No se trataba de la industria turística sino de los privilegios que esperaban los donantes. Es imposible disipar ese tufillo a intercambio de favores dentro de una corte de los milagros mantenida a toda costa en Mallorca, para ganancia de caciques y aprovechados. Un circo que seguramente atraía más jugadores de ventaja, y cazadores de prebendas, que visitantes con buen gusto. Esas aportaciones al Rey en favor del turismo recuerdan demasiado a las que recibiría, años después, el yerno Urdangarin a cuento de fomentar el deporte, la cultura, o lo que fuera menester."
Otro párrafo centrando el tema