Los fósiles de un nuevo estudio, publicado en 'Science', conservan las fases del ciclo de vida de un organismo parecido a una ameba dividiéndose en ciclos asexuales, en primer lugar para producir 2 células, luego 4, 8, 16, 32 y así sucesivamente, resultando en cientos de miles de esporas, por lo que podría desvelar el origen evolutivo de los animales de una sóla célula.