La fertilización oceánica consiste en bombear nutrientes en el océano para estimular el crecimiento del plancton para enterrar el CO₂. Un equipo internacional de científicos bajo la dirección del Instituto Leibniz de Ciencias Marinas (IFM-GEOMAR) de Kiel evaluó esta técnica de "geoingeniería" como solución al calentamiento global. "Su potencial de retención es muy limitado y su riesgo de efectos secundarios importante" dice Andreas Oschlies.Rel.: El experimento LOHAFEX: geoingenieros fertilizarán el océano con hierro desafiando la moratoria de la ONU [ENG]
"En particular, nos sorprendió que en nuestro modelo por ordenador el principal efecto no ocurrió en el océano sino en tierra" explica el co-autor Dr. Markus Pahlow.
"La razón es la baja temperatura del agua bombeada a la superficie que conduce a un enfriamiento de la atmósfera y, posteriormente, a un ritmo más lento de descomposición de la materia orgánica en los suelos". "Este efecto es global y se produce incluso lejos de la zona donde se usan las bombas, lo que hace la evaluación del éxito o el fracaso de este método extremadamente difícil en la práctica".
"Además, hay un segundo punto crítico: cuando las bombas se paran, la concentración de CO2 y las temperaturas de la superficie aumentan rápidamente a valores que son incluso superiores a las de la simulación de control que nunca emplearon bombas artificiales".
Así, las bombas no debe ser interrumpidas o detenidas.
"Aunque no todas las interacciones son conocidas y correctas en el modelo, no vemos a este método como una solución al problema de nuestras emisiones de CO2".
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"En particular, nos sorprendió que en nuestro modelo por ordenador el principal efecto no ocurrió en el océano sino en tierra" explica el co-autor Dr. Markus Pahlow.
"La razón es la baja temperatura del agua bombeada a la superficie que conduce a un enfriamiento de la atmósfera y, posteriormente, a un ritmo más lento de descomposición de la materia orgánica en los suelos". "Este efecto es global y se produce incluso lejos de la zona donde se usan las bombas, lo que hace la evaluación del éxito o el fracaso de este método extremadamente difícil en la práctica".
"Además, hay un segundo punto crítico: cuando las bombas se paran, la concentración de CO2 y las temperaturas de la superficie aumentan rápidamente a valores que son incluso superiores a las de la simulación de control que nunca emplearon bombas artificiales".
Así, las bombas no debe ser interrumpidas o detenidas.
"Aunque no todas las interacciones son conocidas y correctas en el modelo, no vemos a este método como una solución al problema de nuestras emisiones de CO2".