El Senado filipino estudia actualmente una propuesta de ley para reavivar el proyecto del reactor nuclear de Bataan para suministrar electricidad barata a un país que sufre habitualmente apagones. Las obras comenzaron en 1973 y acabaron en 1984, todavía bajo la dictadura de Ferdinand Marcos, pero desde entonces el reactor no ha generado ni un vatio de energía tras hallarse miles de defectos en su diseño y fallos en su seguridad. Greenpeace pidió hoy a los legisladores filipinos que desistan de sus planes para poner en marcha la central.