Publicado hace 11 años por FutreTheGreat a blogs.elconfidencial.com

Las cámaras de televisión y las unidades móviles hacían guardia en Padre Damián desde las 18,30. Se venteaba sangre en la recién estrenada canícula madrileña. El vetusto club siglo XXI, fundado en los estertores del franquismo por partidarios del general y renovadores del antiguo régimen, intenta de la mano de Eduardo Zaplana, el último aznarista convicto y confeso, no perder comba y protagonismo.