Si bien para algunos es un arte, para otros un graffiti puede llegar a significar una molestia y una forma de ensuciar las paredes de la ciudad. Habrá sido pensando en ello que Aïssa Logerot decidió inventar algo que respetara las ansias de dibujar con un spray pero también las ganas de mantener los muros limpios. Y así dio forma al Halo LED.