Hace 12 años | Por caboso a canariasahora.com
Publicado hace 12 años por caboso a canariasahora.com

José Pestano ve huesos y piensa en ciencia: en ADN, en perfiles genéticos, en muestras esterilizadas. Hasta su laboratorio en el Instituto de Medicina Legal, en Las Palmas de Gran Canaria, llegan rastros de sangre, semen o cabello que pueden constituir la prueba definitiva de un crimen. También desembarcan trazos de piel momificada, dientes y fémures de esqueletos de más de 600 años. O trozos de un cráneo con un agujero de bala hallados en el fondo de un pozo perdido en mitad de una montaña.