Un estudio realizado por el Consejo de Investigación Económica y Social de Reino Unido, y liderado por la investigadora Anne McMunn, ha concluido que los niños y las niñas que crecen en un hogar formado por una pareja donde los dos progenitores trabajan logran un mejor desarrollo y presentan mejores conductas. En cambio, aquellos pequeños que viven en un hogar monoparental o cuyos padres no tienen un trabajo suelen tener más problemas de conducta y un peor comportamiento. Por Amalia Rodríguez.
Comentarios
Trabajando ambos padres la educación del hijo corre por cuenta de la guardería o los abuelos, así que si tienen un mejor desarrollo social y emocional no es precisamente por sus padres.
Supongo q tener una madre trabajadora tiene sus pros y contras;siendo hija dmadre qtrabajo toda su vida aprendi qlas mujeres podemos valernos xnosotras mismas, pero a su vez hubiera sido bueno tenerla mas en casa, no es un antifeminismo solo q aveces dverdad la necesitaba
#1 Lo mismo lo mismo me pasó a mí con mi padre, porque si a veces se necesita a una madre, también a veces se necesita a un padre, y muchas veces éste no está porque está matándose a trabajar para sacar a sus hijos adelante (y nunca mejor dicho, murió a seis meses de jubilarse, con 54 años cotizados). Luego no es una cuestión de sexos.
Ojalá existiera políticas de conciliación de verdad, para que estas carencias no las sufrieran más los niños.