Hace 14 años | Por yoma a larazon.es
Publicado hace 14 años por yoma a larazon.es

La manipulación de los hijos tras la separación genera en los menores odio y dificultades para relacionarse. Algunos niños toman partido por uno de sus progenitores tras la ruptura y al otro le odian hasta el extremo. Después de la ruptura conflictiva de una pareja, comienza la guerra emocional. Se forman bandos. Los amigos, los hermanos, la familia... se decantan por uno u otro y, los hijos, en medio del «campo de batalla», también sienten la necesidad de elegir; les resulta difícil ser neutrales.

Comentarios

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Hoy en día duele reconocer que en algunos casos de separación, los hijos se aprovechan de la situación para sacar provecho propio, manipulan a su antojo a los padres y en muchas ocasiones dañan más una posible reconciliación de los padres.
Años atrás para un niño la separación de los padres generaba un trauma difícil de aceptar, casi quedabas marginado, hoy en día es tan común que más que trauma es algo a sacar probecho, y el que más da se lleva el gato al agua.