Con la aplicación de la hipnosis el paciente «no siente dolor, ni miedo, ni contrae la musculatura, facilitando el trabajo del odontólogo». Se controlan, además, el impacto de la aguja anestesiante, se maneja el dolor y el sangrado y las sensaciones de náuseas y vómito, se favorece la tolerancia a las prótesis y se controla el bruxismo (apretar los dientes de forma involuntaria).
Comentarios
A mi,con que no me atraquen en la consulta,ya se me pasa el miedo.