Publicado hace 11 años por nom a manual-de-un-buen-vividor.blogs.elle.es

Hace no mucho, las cosas eran diferentes. No sé si mejores o peores. Pero diferentes. Hubo un tiempo en el que para invitar a una chica al cine tenías que armarte de valor, descolgar el teléfono y llamar a su casa. Aquello era una prueba de fuego. Yo, que siempre he sido muy imbécil para estas cosas, iba a enamorarme continuamente de chicas con el mismo modelo de padre: muy serio, con bigote, voz ronca y de nombre Leopoldo, Aquilino o algo similar, cazador y con cabezas de corzos en el salón de casa. Muy tranquilizador todo.

Comentarios

upok

Meneo porque mola, está bien escrito y divertido. Pero no estoy de acuerdo con el autor y todos los que tienen una visión parecida. Tengo Whatsapp y estoy en un montón foros y de redes sociales (ésta, de hecho, es una), pero no me va en ello la vida. Se puede tener todo esto y no estar enganchado.

nom

#1 De todas maneras tampoco lo juzga muy mal, simplemente es un canto a la juventud perdida de los de veintimuchísimos o más bien treinta y tantos que han conocido los dos mundos y como casi siempre, recuerdan con cariño su niñez, adolescencia y juventud.