Hace 10 años | Por Diaspora a elmundo.es
Publicado hace 10 años por Diaspora a elmundo.es

Nadie va a asumir las responsabilidades de esas muertes anónimas, que se suman a los millones de personas que han perdido su trabajo y su dignidad en una crisis de la que tampoco nadie tiene la culpa. Tendemos a pensar, como los griegos, que la fatalidad rige nuestro destino y que no podemos escapar a los designios de los dioses, que hoy han sido sustituidos por las leyes del mercado. Pero a lo mejor sí que hay personas que tienen más responsabilidad que otras en lo que ha sucedido. Por ejemplo, un señor llamado Miguel Blesa, que, además de