Hace 11 años | Por Izaga a europapress.es
Publicado hace 11 años por Izaga a europapress.es

La incompetencia política es por sí sola, en sí misma, una forma de corrupción. Y de las peores, por cierto. El político incompetente, inútil y/o nefasto para el cargo que ocupa, a menudo no puede evitar, encima, machihembrar su incompetencia con otras formas de corrupción, pues el político que carece de lo que hay que tener para serlo, a saber, formación, honestidad, ideología, integridad, criterio, cultura, empatía, talento y pericia, no es sino un títere en las manos de quienes buscan, por cualquier atajo y no importa qué medios, el poder.

Comentarios

CircumscripcioUnica

No me ha gustado el artículo. La corrupción es un problema diferente de la incompetencia que requiere soluciones diferentes. De toda la vida, he vivido una campaña de los medios de comunicación del régimen bipartidista para que la gente se preocupe de la incompetencia en lugar de preocuparse de la corrupción. Cuando la corrupción es mucho más grave. Confundir ambos problemas ayuda a que esta campaña pase desapercibida.