La derecha política y mediática lleva tiempo dando la matraca con el efecto perturbador que las protestas sociales y la deriva soberanista en Cataluña tienen sobre la imagen de España. Pero probablemente nada nos perjudique más como país –y, por supuesto, ante los inversores extranjeros– que un partido de Gobierno metido hasta las trancas en el nauseabundo fango de la corrupción.
Comentarios
No, yo creo que los que espantan a las mafias rusas son los perroflautas y sus pegadizas consignas.