El colegio de médicos francés ha denunciado a Pierre Dukan, autor de la famosa dieta del mismo apellido, por infringir su código deontológico. Le acusan de anteponer sus intereses comerciales a los deberes propios de su profesión, además de reprocharle la alegría con la que hace declaraciones públicas disparatadas, como su propuesta de dar más puntos en los exámenes finales de bachillerato a los alumnos que mantengan la línea.
#1 lamentablemente, poco le importa a este individuo que le quiten la licencia, ya tiene sus millones de fieles seguidores que seguirán comprando sus tonterías y haciendo caso de sus malos consejos.
Pero más allá de la publicidad, este señor triunfa porque ofrece una vía rápida para vencer uno de los verdaderos dramas de nuestro tiempo, el sobrepeso.
El sobrepeso es un síntoma, el drama/problema/culpa viene de la educación infantil.
De chavales nos enseñan a saber de ciencias y matemáticas, de artes, de historia y literatura. Pero nadie nos enseña a entender y dominar nuestras emociones -como diría Punset, a gestionarlas- ni, en relación a esto, a comer con atención y una perspectiva en lugar de por impulsos emocionales. ¡La mayoría de la gente no sabe ni masticar bien! (Como diría Lenny: no come como un cerdo, engulle como un pato).
Dukan tiene éxito porque es complaciente. No te habla de sacrificios mayores sino de mayores placeres, de comodidades. Una ligera disciplina para hacerte sentir que hay un esfuerzo por tu parte. Como aquel tarugo (epd) de Montignac que renegaba del ejercicio físico.
Un colega, al mes de seguir esa dieta, empezó a tener calambres por todo el cuerpo y a sentirse muy mal. Le hicieron unos análisis en el médico y le dijeron que era por falta de no-se-qué vitaminas y minerales debidos a esa dieta.
Comentarios
Si todo eso es verdad, a ese tío le deberían quitar la licencia para ejercer medicina.
#1 lamentablemente, poco le importa a este individuo que le quiten la licencia, ya tiene sus millones de fieles seguidores que seguirán comprando sus tonterías y haciendo caso de sus malos consejos.
El otro día estuve hablando con una que sigue esta dieta:
El problema no es Dunkan, o los idiotas de ahora, el problema es la gente, que es subnormal.
Pero más allá de la publicidad, este señor triunfa porque ofrece una vía rápida para vencer uno de los verdaderos dramas de nuestro tiempo, el sobrepeso.
El sobrepeso es un síntoma, el drama/problema/culpa viene de la educación infantil.
De chavales nos enseñan a saber de ciencias y matemáticas, de artes, de historia y literatura. Pero nadie nos enseña a entender y dominar nuestras emociones -como diría Punset, a gestionarlas- ni, en relación a esto, a comer con atención y una perspectiva en lugar de por impulsos emocionales. ¡La mayoría de la gente no sabe ni masticar bien! (Como diría Lenny: no come como un cerdo, engulle como un pato).
Dukan tiene éxito porque es complaciente. No te habla de sacrificios mayores sino de mayores placeres, de comodidades. Una ligera disciplina para hacerte sentir que hay un esfuerzo por tu parte. Como aquel tarugo (epd) de Montignac que renegaba del ejercicio físico.
Un colega, al mes de seguir esa dieta, empezó a tener calambres por todo el cuerpo y a sentirse muy mal. Le hicieron unos análisis en el médico y le dijeron que era por falta de no-se-qué vitaminas y minerales debidos a esa dieta.