Hace 12 años | Por --264306-- a elpais.com
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Después de varias décadas con la factura de la electricidad domiciliada a su cuenta en el Banco Nacional de Grecia, Amalia Vasilakaki se acercó hace unos días a la sucursal más cercana a su casa en Atenas y dio orden de cancelar el pago automático. A partir de ahora, esta profesora de español de 58 años irá cada mes a su banco a ingresar el dinero que ha gastado en luz, pero solo lo que ha gastado en luz. Vasilakaki trata así de buscar un atajo para escabullirse del impuesto sobre las propiedades inmobiliarias que aprobó el Parlamento griego...