Un equipo de investigadores aragoneses está desarrollando una tecnología pionera para frenar el cambio climático y reducir a más de la mitad las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) por persona y año. Este proceso de combustión indirecta realiza la combustión utilizando un sólido que transporta el oxígeno necesario y evita poner en contacto el aire y el combustible, generando sólo CO2 puro. Con ello se evita la separación del dióxido de carbono de los humos y se reducen drásticamente sus costes de captura.