Este comportamiento metálico mejora la interacción entre el núcleo líquido de la Tierra y la zona más profunda del manto lo cual afecta al campo magnético de la Tierra, que se genera en la zona más exterior del núcleo. Este cambio contribuye de manera directa a la forma en la que el campo magnético se propaga hacia la superficie de la Tierra puesto que provee un acoplamiento magneto-mecánico entre el manto y el núcleo.