Hace 10 años | Por --34696-- a publico.es
Publicado hace 10 años por --34696-- a publico.es

El pacto que pretende John Kerry dará más tiempo y oxígeno a Netanyahu para seguir cambiando las realidades sobre el terreno. En la cartera lleva lo que él ha llamado un "acuerdo marco", un documento que ha intentado definir con toda la precisión posible durante la gira actual, donde se establecen ciertos parámetros acerca de los aspectos más contenciosos del conflicto israelo-palestino, como el estatuto de Jerusalén, las fronteras o la seguridad.

Comentarios

L

La motivación para empujar del acuerdo de paz no viene porque sea el único foco en Oriente Medio en el que puede luchar EEUU, precisamente cuando está descongelando las relaciones con Irán y alcanzando pre acuerdos sobre la cuestión nuclear, sino que es una cruzada de Kerry desde hace tiempo, ya en la primera legislatura de Obama fue el enviado especial para Oriente Medio y desde el primer día como Secretario de Estado, hace casi un año, lleva buscando la paz entre israelíes y palestinos.

El problema, que ninguno de ambos bandos la buscan con ahínco, porque aunque buena parte de los dos pueblos podrían aceptar un acuerdo para formar dos países, las condiciones que apoyan son totalmente distintas y aún con las condiciones que desean saben que se tendrían que enfrentar duramente con parte de su población. Por otra parte, Kerry no puede presionar a Israel aunque quisiera, porque sería una jugada incapaz de recibir el respaldo del legislativo y con un coste político enorme, por eso las mínimas presiones de Obama hacían que en las elecciones del 2012 los israelíes hicieran lobby pro Romney (le tienen verdadera tirria a Obama simplemente por no decirles si a todo).

Yo creo que estos son dos conceptos que debemos recordar cuando hablamos del conflicto israelí-palestino, quien ahora mismo busca un proceso de paz con más fuerza es EEUU, israelíes y palestinos pasan, el resto del mundo sabe que no pinta nada (sin un Estados Unidos de Europa no somos nadie) y por otro lado tiene un coste político enorme hacer presión a Israel, sobre todo en EEUU, pero también en Europa.