Primero fue Grecia, después Irlanda y Portugal. Ahora le toca el turno a Italia. Si el problema de los griegos era que son flojos y borrachos, ¿qué se dirá ahora de los italianos, a quienes les gusta la dolce vita, las pastas, el buen vino y los Ferrari?. Como vemos, a lo largo de esta crisis se han hecho muchas acusaciones falsas que solo han desviado el problema central de cómo enfrentar una crisis.