Hace 10 años | Por Soapy_Henderson a blogs.elpais.com
Publicado hace 10 años por Soapy_Henderson a blogs.elpais.com

Protestamos, y con razón, con cada recorte que le dan a la menguante educación o con cada tijeretazo que recibe nuestro tan eficaz como mermado sistema sanitario. Sin embargo, no abrimos la boca cuando nos quitan la calle. Y, si nos paramos a pensarlo, ¿qué demonios nos queda si ni siquiera podemos irnos a la p--- calle? Hay muchas maneras de privatizar las aceras, los paseos o las plazas. Y casi todas son sigilosas. Se disfrazan de fiesta, de mejora, de comodidad y hasta de progreso...

Comentarios

N

Qué gran verdad. Sólo hay que ver las reformas que se hacen últimamente, que parece que sólo buscan crear explanadas de cemento en las que poder poner puestos o stands publicitarios, sin árboles ni banco alguno.