La obsesión por la imagen, el estímulo a la individualidad, la proliferación de blogs, redes y realities dan cuenta de un fenómeno de estos tiempos: el culto a un modo de vida narcisista. No es mera vanidad. Tampoco un estricto problema de diván o una anomalía que afecte sólo a unos pocos. Es, en realidad, un fenómeno social muy amplio, que atraviesa toda nuestra cultura y da forma a nuevos modos de trabajar, amar, estar en el mundo.
Cojea, no pone especial esmero en su arreglo personal y es, en todos los sentidos que abarca la palabra, hosco. Sin embargo, Gregory House (personaje central de la serie Dr. House) debe ser uno de los más grandes narcisistas que la ficción televisiva generó en el último tiempo. Interpretado por Hugh Laurie, House, además de ser infalible en sus diagnósticos médicos, es manipulador, soberbio, incapaz de la más mínima empatía emocional con sus colegas o pacientes y -¿otro signo de los tiempos?- arrasadoramente seductor.
Comentarios
Una cultura del Yo
Cojea, no pone especial esmero en su arreglo personal y es, en todos los sentidos que abarca la palabra, hosco. Sin embargo, Gregory House (personaje central de la serie Dr. House) debe ser uno de los más grandes narcisistas que la ficción televisiva generó en el último tiempo. Interpretado por Hugh Laurie, House, además de ser infalible en sus diagnósticos médicos, es manipulador, soberbio, incapaz de la más mínima empatía emocional con sus colegas o pacientes y -¿otro signo de los tiempos?- arrasadoramente seductor.
Yo es que soy más del Tente.