Cuando Maike Bohnhorst llegó a la Universidad de La Rioja el pasado enero, pronto se dieron cuenta de que no encajaba con el perfil habitual de los alumnos 'erasmus'. Junto a ella vinieron su pareja, Markus, y el hijo de ambos, Jakob, que por entonces apenas contaba con cuatro meses de edad.
«En Alemania, con un niño como Jakob, sería impensable estar en la calle más tarde de las ocho, porque todos los pequeños están durmiendo. Incluso te mirarían raro por sacarlo a esas horas. Sin embargo aquí es muy normal y eso nos gusta, porque se puede aprovechar más el día», incide Maike.
Por ejemplo, la admiración y el cariño que levantan los grandes ojos azules de Jakob allá donde va. «Cada día nos para alguna persona que no conocemos, normalmente ya mayor, y le agarra de los mofletes y le dice guapo y cosas así», asegura Maike. «Eso en Alemania no pasa nunca y por eso al principio nos llamó mucho la atención, pero ya nos parece normal y divertido», añade.
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Es más interesante la continuación: http://www.larioja.com/v/20100604/rioja-region/ciudad-para-pasear-jakob-20100604.html
«En Alemania, con un niño como Jakob, sería impensable estar en la calle más tarde de las ocho, porque todos los pequeños están durmiendo. Incluso te mirarían raro por sacarlo a esas horas. Sin embargo aquí es muy normal y eso nos gusta, porque se puede aprovechar más el día», incide Maike.
Por ejemplo, la admiración y el cariño que levantan los grandes ojos azules de Jakob allá donde va. «Cada día nos para alguna persona que no conocemos, normalmente ya mayor, y le agarra de los mofletes y le dice guapo y cosas así», asegura Maike. «Eso en Alemania no pasa nunca y por eso al principio nos llamó mucho la atención, pero ya nos parece normal y divertido», añade.