Las buenas personas fueron la base de nuestra paz. Ahora parece que ese tipo de gentes se han quedado ociosas u obsoletas y a día tras día cuesta tropezar con este género de la especie humana de cuya bondad derivaba una bonanza social. Las buenas personas eran además, dentro y fuera de la familia, un resguardo de seguridad y felicidad.
Hasta que llegaban los cabronías a tocar los huevos a todo el mundo y dejaron a las buenas personas como tontos. Desde EGB el chulo/broncas de la clase cogía ojeriza a las buenas personas (y también a los gordos, a los gafotas, a los muy blancos, a los pecosos, etc) y les hacía la vida imposible. Ese hecho perdurará para siempre sobre las buenas personas. El compañero de universidad, el amigo tocanarices (siempre es el añadido de un verdadero amigo), o el jefe que te tratará como un mierdas durante años y años. Pero aguantan y aguantan y aguantan.
Efectivamente, las buenas personas son las que hacen de este mundo algo en lo que aún merece la pena vivir.
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Hasta que llegaban los cabronías a tocar los huevos a todo el mundo y dejaron a las buenas personas como tontos. Desde EGB el chulo/broncas de la clase cogía ojeriza a las buenas personas (y también a los gordos, a los gafotas, a los muy blancos, a los pecosos, etc) y les hacía la vida imposible. Ese hecho perdurará para siempre sobre las buenas personas. El compañero de universidad, el amigo tocanarices (siempre es el añadido de un verdadero amigo), o el jefe que te tratará como un mierdas durante años y años. Pero aguantan y aguantan y aguantan.
Efectivamente, las buenas personas son las que hacen de este mundo algo en lo que aún merece la pena vivir.