Han pasado nueve días desde que LexNet se ha vuelto una herramienta obligatoria para la práctica totalidad de los profesionales que trabajan con la administración de justicia en España; nueve días en los que no he escuchado ninguna expresión de alegría y sí muchas de queja o condena. Yo tengo mi propia opinión sobre la herramienta y, si me lo permiten y con toda humildad, se la expongo a continuación, señalando aquellos siete aspectos que me parecen más profundamente censurables del sistema: los, a mi juicio, siete pecados capitales de LexNet.
Comentarios
lo importante es que telefonica se lo lleva calentito y que los que mandan pueden controlar al dedillo que se hace en cada juzgado no sea que les salga alguna toga discola.
Si desde una pantalla, sin moverse del despacho, un abogado puede controlar la presentación de escritos, seguimiento de notificaciones y además sin depender de horarios de Registro, veo necesaria la eliminación de la obligatoriedad de asistencia de abogado y procurador en multitud de procedimientos, cuando ya contamos con una herramienta que puede realizar parte de las funciones del procurador. Se podrá discutir y corregir, pero no negar su utilidad.
A un profesional de cualquier rama, lo mínimo que se le debe exigir es el conocimiento de la materia y uso de las herramientas propias de su campo.
Que el poder ejecutivo pueda controlar los procesos de todos e incluso aquellos en que él mismo es parte resulta aterrador y las consecuencias difícilmente imaginables.