La activista de Derechos Humanos cumplía una pena de seis años de cárcel tras ser arrestada en septiembre de 2010 y condenada por difundir propaganda y conspirar para perjudicar la seguridad del Estado. El presidente iraní, Hasan Rohani, prometió durante la campaña electoral que rebajaría algunas restricciones políticas y sociales en el país, y sus partidarios han pedido la liberación de presos políticos en Irán.