Hace 10 años | Por --152779-- a ngenespanol.com
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El ingenio de la naturaleza no conoce límites. Consideremos el caso del murciélago que bebe néctar y la planta que florece de noche, cuyas vidas se entrelazan en las selvas de las tierras bajas de América Central. El Glossophaga commissarisi, un mamífero diminuto y alado con un cuerpo no más grande que un pulgar, revolotea entre las flores de Mucuna holtonii, lamiendo el néctar de manera similar a como lo hacen los colibríes y las abejas. A cambio, poliniza la planta. Durante el día, las flores pueden presumir su riqueza con colores brillantes