«Cuando me llamaron para que enganchara el barco, creía que me estaban tomando el pelo». Pues no, no era broma. Tanto es así, que la suerte de 18 personas, incluidas su abuela, su tío y su sobrina, , ahora podría no ser la misma.«Jamás hubiese podido imaginar que me iba a hacer falta la lancha en mitad del campo»
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Todavía hay gente honrada, valiente y que merece admiración en nuestro país. A veces se nos olvida, pero no estaría mal que lo tuvieramos en cuenta.