La estudiosa Brigit Sauer aporta todo un abanico de datos desde estudios científicos sobre los altísimos niveles de testosterona encontrados en los analistas financieros y los corredores de bolsa en Nueva York y Londres antes del estallido de la burbuja, a la tendencia de las naciones de meter dinero público en sectores laborales tradicionalmente masculinos como la fabricación de coches, obviando como siempre otros ámbitos como la administración de cuidados.
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