Las primeras víctimas de la represión yacían sobre el pavimento, acribilladas a balazos al tratar de frenar el avance de los tanques en la avenida Fuxingmen de Pekín. Fang Zheng huía a la carrera cuando miró atrás y vio a una joven tirada en el suelo, a punto de ser arrollada. Volvió sobre sus pasos y consiguió apartarla en el último momento, pero para él ya era tarde. El tanque aplastó sus piernas.