Un grupo de investigadores han sido el primero en trazar los cambios en el eje de la Tierra a través de mediciones de laboratorio. Para ello, construyeron el anillo de lásers más estable del mundo en un laboratorio subterráneo y lo utilizaron para determinar los cambios en la rotación de la Tierra. Anteriormente, los científicos sólo eran capaces de rastrear los cambios en el eje polar de forma indirecta mediante el control de los objetos fijos en el espacio.