Hace 13 años | Por Sulfolobus_Solf... a elexterior.es
Publicado hace 13 años por Sulfolobus_Solfataricus a elexterior.es

El núcleo del sistema político democrático en el que todos vivimos es un invento del siglo XVIII. Desde la revolución francesa los sistemas democráticos apenas sufrieron cambios, por tanto, aún en el siglo XXI seguimos utilizando los mismos métodos y modelos que hace ya más de 200 años. La distancia cultural que separa nuestra sociedad de aquella es enorme. Sin embargo, poco hemos avanzado en política desde entonces.

Comentarios

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el siguiente paso es la democracia real , una democracia informatizada , sin politicos y cuyos datos estuvieran supervisados por todo el pueblo.

1 hombre 1 voto y sin intermediarios.

Gilgamesh

Como reflexión está bien. Por otro lado, conviene percatarse de lo difícil que es mantener el equilibrio entre representatividad (listas abiertas, o incluso democracia directa, en su extremo) y proporcionalidad. Hay sistemas mixtos, pero por lo general es andarse con medias tintas. Veamos:
-Podemos mejorar la proporcionalidad. "Un hombre, un voto". Quitar esos porcentajes de "suelo" que bloquean el poder de partidos minoritarios. Convertir las dos cámaras en una circunscripción única. Incluso eliminarlas, y que el voto de los partidos se pondere según sus votos, como se sugiere en la noticia. Es una opción con la que se mejora la proporcionalidad, tal vez, pero sin duda se afianza el poder de los partidos. Y esto no lo ha pensado mucha gente, me temo.

-Pero también podemos hacer otra cosa:
a) Tener circunscripciones muy pequeñas, con un representante por cada una. Este representante lo elegimos a través de los partidos o no, pero en cualquier caso es un cargo personal, que responde por sí mismo ante sus votantes. Se fortalece el vínculo entre el representante y los representados (¡de eso se trata!).
b) Recuperar aquello del mandato imperativo. El representante vota en conciencia, pero está obligado a cumplir el programa con el que fue elegido en su circunscripción. Hasta el punto de que los ciudadanos pueden "atarlo en corto": llamarlo a audiencia, destituirlo, auditarlo, etc. De nuevo, un vínculo estrecho entre representante y representado.
c) Las cámaras de poder las forman los representantes de cada circunscripción que votan en conciencia y por tanto no están sujetos a los partidos.

Este último sistema sería una variante del estadounidense. A mí por lo menos me gusta más que lo que tenemos aquí, pero estoy dispuesto a cambiar de idea si alguien me lo argumenta con detalle.