Tal como habíamos advertido en un post del mes pasado, el nivel de morosidad de la banca española alcanzó su récord histórico en junio. Ya JM nos ha contado el detalle de esta información y por ello en este post he optado por presentar algunas gráficas con los datos del Banco de España para abordar la peculiar situación que enfrentamos y que nos lleva a situaciones desconocidas. En esta primera gráfica presento la evolución del crédito del sistema financiero español desde enero de 1962 hasta junio de 2012.
Queda claro que la demanda interna no va a ser el motor del crecimiento en España durante una buena temporada. Cuando el ciclo se de la vuelta y el empleo vuelva a crecer veremos cómo la demanda interna se estabiliza e incluso aporta un poco, pero ya no volveremos a ver aportaciones del 5% anual que se quedaban en incrementos del PIB del 3.5%-4% una vez descontada la aportación negativa del sector exterior.
Al margen de las implicaciones para el sector financiero, el cambio de era que anuncian las gráficas es el final de una España cuya pujanza económica se basaba en una demanda interna financiada con crédito extranjero. Hablando en plata: que estamos demasiado endeudados y el sistema financiero demasiado tocado como para que el consumo tire de la economía los próximos años, y que sólo nos queda el sector exterior.
Hay que exportar más... o importar menos, que casi nunca se dice. Sobretodo tenemos que dejar de ser tan dependientes energéticamente; de hecho si no fuera por la factura energética tendríamos superavit en la balanza comercial. Aparte de todas las reformas que hay que hacer para ser más competitivos se me ocurre que el poco dinero que quede para invertir debería dedicarse a fomentar la electrificación del transporte y el ahorro y la eficiencia energética.
O hacemos algo así buscando un saldo exterior positivo o las gráficas están muy claras: el crédito se nos fue de las manos y ahora hay que devolverlo, así que la demanda interna no nos va a sacar de la crisis.
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Queda claro que la demanda interna no va a ser el motor del crecimiento en España durante una buena temporada. Cuando el ciclo se de la vuelta y el empleo vuelva a crecer veremos cómo la demanda interna se estabiliza e incluso aporta un poco, pero ya no volveremos a ver aportaciones del 5% anual que se quedaban en incrementos del PIB del 3.5%-4% una vez descontada la aportación negativa del sector exterior.
Al margen de las implicaciones para el sector financiero, el cambio de era que anuncian las gráficas es el final de una España cuya pujanza económica se basaba en una demanda interna financiada con crédito extranjero. Hablando en plata: que estamos demasiado endeudados y el sistema financiero demasiado tocado como para que el consumo tire de la economía los próximos años, y que sólo nos queda el sector exterior.
Hay que exportar más... o importar menos, que casi nunca se dice. Sobretodo tenemos que dejar de ser tan dependientes energéticamente; de hecho si no fuera por la factura energética tendríamos superavit en la balanza comercial. Aparte de todas las reformas que hay que hacer para ser más competitivos se me ocurre que el poco dinero que quede para invertir debería dedicarse a fomentar la electrificación del transporte y el ahorro y la eficiencia energética.
O hacemos algo así buscando un saldo exterior positivo o las gráficas están muy claras: el crédito se nos fue de las manos y ahora hay que devolverlo, así que la demanda interna no nos va a sacar de la crisis.