El fotógrafo argentino Humberto Luis Rivas Ribeiro (Buenos Aires, 1937) ha fallecido en Barcelona a la edad de 72 años. Rivas, que vivía en Barcelona desde 1976, fue galardonado en 1997 con el Premio Nacional de Fotografía, y este lunes iba a recibir la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona.
Sus retratos se pueden considerar de una calidad extraordinaria, tanto en los aspectos técnicos como expresivos. Hacer una fotografía de retrato lo definia Rivas como una especie de dialéctica o combate entre el fotógrafo y el modelo. Una lucha que Richard Avedon solía montar en sus retratos mediante el empleo de sesiones fotográficas muy largas hasta conseguir los aspectos que buscaba del retratado. Por otro lado, siguiendo los pasos de la Photo-Secession, Rivas reconocia el medio fotográfico como un arte en sí mismo dotado de una especial cualidad de realismo.
Los retratos de Rivas no son escenificaciones sino un intento de obtener cualidades interiores. En este sentido destaca su interés documentalista, legado en cierto modo de su admiración por el trabajo de Cartier-Bresson y Sander. De este modo parece más interesado en conseguir el retrato en su ambiente natural, en el contexto vital del retratado.
Los paisajes eran otra faceta destacada del trabajo de Rivas. Sus imágenes se caracterizan por tratarse normalmente de espacios sin presencia humana. La principal característica es la luz natural que le daba unas texturas especiales. Algunos señalan que sus paisajes son en realidad retratos de edificios y objetos inanimados.
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Sus retratos se pueden considerar de una calidad extraordinaria, tanto en los aspectos técnicos como expresivos. Hacer una fotografía de retrato lo definia Rivas como una especie de dialéctica o combate entre el fotógrafo y el modelo. Una lucha que Richard Avedon solía montar en sus retratos mediante el empleo de sesiones fotográficas muy largas hasta conseguir los aspectos que buscaba del retratado. Por otro lado, siguiendo los pasos de la Photo-Secession, Rivas reconocia el medio fotográfico como un arte en sí mismo dotado de una especial cualidad de realismo.
Los retratos de Rivas no son escenificaciones sino un intento de obtener cualidades interiores. En este sentido destaca su interés documentalista, legado en cierto modo de su admiración por el trabajo de Cartier-Bresson y Sander. De este modo parece más interesado en conseguir el retrato en su ambiente natural, en el contexto vital del retratado.
Los paisajes eran otra faceta destacada del trabajo de Rivas. Sus imágenes se caracterizan por tratarse normalmente de espacios sin presencia humana. La principal característica es la luz natural que le daba unas texturas especiales. Algunos señalan que sus paisajes son en realidad retratos de edificios y objetos inanimados.