Hace 11 años | Por --303142-- a ccaa.elpais.com
Publicado hace 11 años por --303142-- a ccaa.elpais.com

Era uno más entre el ejército de sombras anónimas que patrulla las aceras de la gran ciudad. Malik Yaqub (Mack Spears, en su partida de nacimiento), acechaba saxo en ristre a los miles que cada día pasaban por delante de él en la plaza de Callao sin reparar en su presencia. Pero hubo un tiempo en que los medios especializados glosaron su talento como saxofonista de jazz, un don que hasta hace nada ofrecía en la calle a cambio de la voluntad.

Comentarios

D

De cómo un talento impresionante puede acabar prácticamente condenado al ostracismo.

Libertual

En vez de "regalaba" yo pondría "compartía"... El talento no es algo que se pierda por ofrecerselo a los demás.