Al menos 10 niños, dos soldados de la OTAN y un policía han muerto este lunes en un ataque suicida frente a un colegio en la provincia de Paktia (en el este afgano), en el que 16 civiles resultaron heridos. "Un suicida que circulaba en una motocicleta detonó los explosivos a mediodía en el distrito de Samkanai al paso de un vehículo de la OTAN", dijo el jefe de Policía de Paktia, Zalmai Oriyakhel. "En ese momento un grupo de niños salía de un autobús para ir a comer", explicó la fuente.
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La proporción es asombrosa... Lo más triste de esas situaciones reside en que atentan contra el futuro, y quienes más padecen son quienes menos han hecho por que la situación se tornara así. ¿Qué se puede esperar de un ejército, regular o irregular, al que no le importa sacrificar diez niños por matar a dos enemigos? Lamentablemente se trata de una historia demasiado corriente.
Para que esta noticia tuviera la más remota posibilidad de llegar a portada, necesitaríamos un número de víctimas de tres dígitos, como mínimo. Diez niños afghanos, no cuentan ni como uno occidental.
Respecto a la noticia, no puedo entender como el fanatismo político y religioso puede anular hasta tal punto la más elemental impronta humana que es la de protección a los niños. Da terror pensar de lo que puede ser capaz un subhumano de estos.